ÉBOLI

De doña Ana Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, dijo el artista contemporáneo español Alonso de Coloma (1532-1607) que fue la única mujer "capaz de entretejer alrededor del cuello de todo un rey una soga hecha con pasiones que estuvo a punto de acabar con un gran imperio".
Heredera única de una de las estirpes más importantes de su época, los Mendoza, en sus manos también llegó a poseer una de las fortunas más grandes del momento.
Hermosa, cordial, cariñosa, amable, y al mismo tiempo intrigante ambiciosa, orgullosa, o codiciosa... son muchos los calificativos que se le pueden otorgar a la princesa de Éboli, la mejor prueba, quizá, de lo difícil que resulta definir a esta mujer a la que se le han atribuido amoríos con el propio monarca y, sobre todo, con uno de sus secretarios más importantes, Antonio Pérez

Ana de Mendoza y la Cerda (1540-1592), era hija única de Diego de Mendoza, Príncipe de Mélito y nieto del Gran Cardenal Mendoza. Diego se casó en 1538 con Catalina de Silva, hermana del entonces Conde de Cifuentes. Ana nació en Cifuentes y murió en Pastrana.
Por su educación tuvo un caracter dominante y altivo. Pero también voluble, rebelde y apasionado, como el de los antiguos Mendozas. No hay noticias destacadas de su infancia, salvo la leyenda referente a la pérdida de un ojo por causa de una caida o de la esgrima. Pero este dato no es claro, quizá no fuera tuerta sino bizca. Ciertamente alabaron su belleza, a pesar del parche que la adornaba. El caso es que cuando su boda se la describe como que la novia era "bonita aunque chiquita".
Su educación fue nuy influida por las peleas y separaciones entre sus padres, en gran parte debidas al caracter mujeriego de Diego. Ana tomaría partido por su madre.
Ana fue casada muy joven en 1552 con Rui Gómes de Silva ,noble segundón portugués mucho mayor que ella. Rui había venido a Castilla acompañando a Isabel, futura esposa de Carlos V, y entró al servicio del futuro Felipe II ganándose su amistad, por lo que fue favorecido económica y políticamente siendo, entre otros cargos, Secretario y hombre de confianza de Felipe II. Al servicio de Rui entraría el aragonés Antonio Pérez.
Con el favor de Felipe II, Rui entroncó por matrimonio con los poderosos Mendoza. Como la novia era muy jóven, y la familia Mendoza muy poderosa, la novia permanecería unos años en casa de sus padres hasta la consumación del matrimonio. Desde la boda, el padre de Ana les cedió el título Condes de Mélito, permaneciendo él como Duque de Francavilla.El matrimonio no se consumó hasta 1557.Ana y Rui vivieron definitivamente juntos desde la vuelta de éste en 1559 y tuvieron seis hijos vivos en los trece años de matrimonio.
En su intento, truncado por la muerte, de lograr un poderoso mayorazgo para sus hijos, Rui compró a su suegro Éboli en el reino de Nápoles. Felipe II le nombró Príncipe de Éboli en 1559. Luego compró las villas de Estremera y Valdeacerete, siendo nombrado Duque de Estremera, y para finalizar compró la villa de Pastrana (1569) siendo nombrado en 1572 por Felipe II Duque de Pastrana con Grandeza de España. Por tanto Ana fue la primera Princesa de Éboli y la primera Duquesa de Pastrana.En los cuatro años que restaron desde la compra de Pastrana hasta su muerte, mejoró y amplió los cultivos en Pastrana, trajo a moriscos que iniciaron allí una floreciente industria, logró una feria anual con privilegios especiales y fundó, con su esposa, la Iglesia Colegial de Pastrana y favoreció la fundación por Santa Teresa de Jesús de dos conventos Carmelitas en Pastrana en 1569.
Durante el periodo de su matrimonio la vida de Ana fue estable y no se le conocen andanzas ni problemas. Rui la trato tanto como un padre (por la diferencia de edad) como marido, dando estabilidad a esta parte de su vida hasta su repentina muerte. A partir de entonces, su caracter, los problemas de la infancia y la falta de la única persona que le había dado estabilidad en la vida hicieron que Ana tuviera una existencia problemática.
Muerto su marido en 1573, se instaló la desconsolada Princesa en el convento que había fundado Santa Teresa en Pastrana tras llamarla para ello la propia princesa ("la princesa monja, la casa doy por deshecha!", dijo la abadesa) logrando que las carmelitas huyeran de allí trasladandose el convento a Segovia en 1574. Ana mantuvo en el convento una vida rodeada de sirvientas que atendian sus gustos, poco acorde pues con el caracter riguroso que había impuesto Santa Teresa. Ana no fue buena administradora del patrimonio de sus hijos menores de edad.
Volvió a la Corte madrileña por ello e intentó ascender rápido intentando preservar su herencia paterna e intereses. Tuvo gran habilidad en la intriga, heredada de su madre y de los Mendoza. Gran enemiga del partido de la Casa de Alba (el partido opuesto al antaño liderado por su marido y ahora dirigido por Antonio Pérez, nuevo Secretario de Felipe II), la leyenda dice que fue la supuesta amante de Felipe II (lo que niegan Marañón y otros autores) y de su Secretario Antonio Pérez a la vez. De Antonio parece ser que sí lo fuera. Antonio era seis años mayor que ella y no se sabe realmente si lo suyo fue simplemente una cuestion de amor, de política o de búsqueda de un apoyo que le faltaba desde que muriera su marido.
La leyenda (pues cierto no fue) de sus amores con Felipe II ha sido muy usada en la literatura y, por supuesto, en la "leyenda negra" (se decía que el segundo Duque de Pastrana, era hijo de Felipe II ,algo difícil pues cuando su concepción la madre estaba de postparto, y por tanto en casa, y el Rey Felipe II de luna de miel con la Reina Isabel de Valois, de la que estaba enamorado).
Lo que sí fue cierto era que Escobedo había descubierto sus amores con Antonio, logrando que Ana odiara por ello a Escobedo. La posible denuncia debida a la lealtad de Escobedo al marido muerto seguramente enfurecería por el escándalo al riguroso Felipe II. Parece probable también una intriga compleja de Ana y Antonio acerca de la sucesión al trono vacante de Portugal y contra D. Juan de Austria en su intento de casarse con María Estuardo. El caso es que junto con Antonio, Ana instigó el asesinato de Juán de Escobedo (secretario de D. Juán de Austria) en 1578, logrando la aquiescencia del Rey al convencerle de unas supuestas intrigas de Escobedo.
Felipe II conoció los manejos políticos de Antonio Pérez y, con paciencia, fue preparando su caida. Finalmente Ana fue arrestada con Antonio en 1579, desterrada por Felipe II a Pinto, Santorcaz y luego a Pastrana en 1581, donde morirá atendida por su hija menor Ana de Silva y tres criadas.En 1582 Felipe II despoja a Ana de la custodia de sus hijos y de la administración de sus bienes. Es curioso que mientras la actitud de Felipe hacia Ana podría tildarse de cruel, siempre protegió y cuidó de los hijos de ésta y su antiguo amigo Rui.
Tras la fuga de Antonio Pérez a Aragón en 1590, Felipe II mandó poner rejas en puestas y ventanas del palacio Ducal de Pastrana. La Princesa de asomaba una sola hora al día por la reja que daba a la Plaza, que se llama desde entonces Plaza de la Hora. No está tampoco muy claro el porqué de la mencionada actitud cruel de Felipe II para con Ana, quien en sus cartas llamaba "primo" al monarca y le pidiera en uno de ellos "que le protegiera como caballero". Felipe II se referiría a ella como "la hembra".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, me gustan tus entradas, me gusta tu pensamiento, soy una mujer de 38 años y me gustaría saber porque dejaste de escribir... te encuentras bien? Espero que esta nota te motive a seguir escribiendo, hay mujeres que necesitamos alimentarnos del pensamiento de otras mujeres... Un abrazo
Sunday, May 3rd 2009 - 08:30:06 PM
Ana Lucy

Mirna dijo...

La verdad que me encanto este post, y ya me estoy poniendo a leer otro mas, si es verda que no escribes mas ojala vuelvas a hacerlo!

saludos desde mendoza!

Anónimo dijo...

Thanks , I have recently been looking for information about this topic for
a long time and yours is the greatest I have discovered till now.

However, what in regards to the bottom line?

Are you sure about the supply?

Here is my blog post - wherebuyelectriccigarette.com

Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos hondas horas de dolor y aunque no quise el regreso siempre se vuelve al primer amor ... ...Volver con la frente marchita las nieves del tiempo, platearon mi sien ... Sentir que es un soplo la vida...

CALENDARIO





EN LOS LABIOS

EN LOS LABIOS
"Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su Nombre de labios de una mujer.";

Volver...

Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno
son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor
y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve al primer amor
la quieta calle, donde el eco dijo
tuya es mi vida, tuyo es mi querer
bajo el burlon, mirar de las estrellas
que con indiferencia, hoy me ven volver .
Volver con la frente marchita las nieves del tiempo,
platearon mi sien ...
Sentir que es un soplo la vida,
que 20 años no es nada ...que febril la mirada
errante en la sombras te busca y te nombra.
Vivir con el alma aferrada
a un dulce recuerdo que no ha de volver.