MARIE CURIE


En el otoño de 1891 se matriculó en el curso de ciencias de la Universidad parisiense de la Sorbona una joven polaca llamada Marie Sklodowska. "Es una extranjera de nombre impronunciable. Se sienta siempre en la primera fila en clase de física". Demasiado tímida para hacer amistades entre sus compañeros franceses, se refugió dentro del circulo de sus compatriotas, que formaban una especie de isla polaca en medio del Barrio Latino de París , donde vivía humildemente,totalmente dedicada al estudio.
Maria Sklodowska había nacido en Polonia, en el año de 1867, en una familia de cuatro hermanos. Sus padres Bronsilwa Boguska y Wladyslaw Sklodowska , eran amantes del conocimiento (pianista, cantante y profesora de música la madre y profesor de matemática y física el padre ). La niña asombraba a todos con su inteligencia y memoria, y desde muy joven demostró sus capacidades. Terminó la secundaria con honores y a sus dieciocho años trabajó como institutriz; a los veinticuatro se fue a París a estudiar, admitida en la Sorbona, donde sería la primera mujer que enseñaría en esta universidad.
A los veintiséis años de edad conoció a Pierre Curie (se convertiría en su esposo, colega y compañero en todo) , científico francés y ya desde u su primer encuentro en un laboratorio, en el año 1894, ambos simpatizaron . Pierre tenía treinta y cinco años, era soltero y, al igual que Marie, estaba dedicado en cuerpo y alma a la investigación científica. Se casaron diez meses después.
La joven pareja estableció su hogar en un diminuto apartamento, situado en el número 24 de la calle de la Glacière. Estanterías de libros decoraban las desnudas paredes; en el centro de la habitación tenían dos sillas y una gran mesa blanca, de madera. Sobre la mesa, tratados de física, una lámpara de petróleo y un ramo de flores. Eso era todo. A pesar de todo - escribiría Marie, tiempo después -, en aquella miserable barraca pasamos los mejores y más felices años de nuestra vida, consagrados al trabajo. A veces me pasaba todo el día batiendo una masa en ebullición con un agitador de hierro casi tan grande como yo misma. Al llegar la noche estaba rendida de fatiga.”
Esta pareja significaría para el mundo un gran adelanto por sus impresionantes descubrimientos. Iniciaron su trabajo con el objetivo de conocer con más profundidad las sustancias radioactivas. Pronto descubrieron que el mineral uranio contenía más radioactividad de la que se creía, lo cual parecía inexplicable.
En su búsqueda por la radioactividad descubrieron dos de los elementos más radioactivos que hay: Radio y Polonio. Fue por este hallazgo que la pareja recibió el premio nobel en 1903. Este premio fue compartido con Antoine Henri Bacquerel, físico francés, pues éste había descubierto la radioactividad natural. Este mismo año, recibió su Doctorado en Ciencias.
Aunque tuvo dos hijas, su trabajo nunca perdió importancia, ni su esmero por la ciencia se vio disminuida. En 1906, la tragedia cubrió a la pareja, pues Pierre, quien estaba debilitado por los efectos de la exposición excesiva a la radiación, murió cuando lo atropelló un carro. Marie continuó con mayor dedicación y tenacidad sus investigaciones, y en 1911 se ganó el segundo Nobel por aislar el radio y estudiar sus propiedades químicas.
Tres años después, esta gran mujer ayuda a la Fundación del Instituto del Radio en Paris, y se convirtió en la directora de éste. Cuando estalla la I Guerra Mundial, Madame Curie estaba segura que los rayos X serían un gran avance médico así como que podrían funcionar para localizar las balas en los pacientes. Para no mover a los heridos, ella inventó camiones con rayos X y entrenó a 150 enfermeras, para que aplicaran sus conocimientos. Así nacieron las radiografías.
Hacia las dos y media de la tarde del jueves 19 de abril de 1906, un día opaco y lluvioso, Pierre se despidió de los profesores de la Facultad de Ciencias, con quienes había almorzado, y salió bajo la lluvia. Al atravesar la calle Dauphine, pasó distraído detrás de un coche de caballos y se interpuso en el camino de un pesado carro que, tirado por un caballo, avanzaba con rapidez. Marie se convirtió en un ser incurablemente solo.

Después del funeral de Pierre Curie, el Gobierno francés propuso se concediera a la viuda y los hijos del ilustre físico una pensión nacional. Marie la rechazó:
-No quiero una pensión -dijo-. Soy joven todavía y capaz de ganar la vida para mi y para mis hijas.
Marie no le dio importancia a una ligera fiebre que finalmente comenzó a molestarla; pero en mayo de 1934, víctima de un ataque de gripe, se vio obligada a guardar cama. Ya no volvió a levantarse. El viernes 6 de julio de 1934, a los 67 años de edad ,a mediodía, sin discursos ni desfiles, sin que estuviera presente ni un político, ni un solo funcionario público, Madame Curie fue enterrada en el cementerio de Sceaux, en una tumba inmediata a la de Pierre Curie. Sólo los parientes, los amigos y los colaboradores de su obra científica, que le profesaban entrañable afecto, asistieron al sepelio. Después de su muerte, en su honor, el Instituto del Radio se convirtió en el Instituto Curie.
( Parte de esta biografía ha sido escogida de la que en su día escribió Eve Curie, hija de Marie y Pierre Curie)

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Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos hondas horas de dolor y aunque no quise el regreso siempre se vuelve al primer amor ... ...Volver con la frente marchita las nieves del tiempo, platearon mi sien ... Sentir que es un soplo la vida...

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EN LOS LABIOS

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"Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su Nombre de labios de una mujer.";

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Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno
son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor
y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve al primer amor
la quieta calle, donde el eco dijo
tuya es mi vida, tuyo es mi querer
bajo el burlon, mirar de las estrellas
que con indiferencia, hoy me ven volver .
Volver con la frente marchita las nieves del tiempo,
platearon mi sien ...
Sentir que es un soplo la vida,
que 20 años no es nada ...que febril la mirada
errante en la sombras te busca y te nombra.
Vivir con el alma aferrada
a un dulce recuerdo que no ha de volver.